1 de octubre de 2014

Queridos todos:

Siento deciros que durante unos días -espero que pocos- no podré estar con vosotros, porque he sufrido un accidente doméstico; en el cual tuve un traumatismo en la cabeza y en el bazo. Descartada la intervención, he de guardar un reposo absoluto y eso me imposibilita cumplir con esta responsabilidad, de comentar el Evangelio. Si todo va bien , y vosotros rezáis por mí, espero que podamos estar juntos en unos cuatro o cinco días. El Señor, como siempre, puso su mano para que no ocurriera algo irreparable; por lo que, nuevamente, le estoy inmensamente agradecida.

Tengo claro, muy claro, que  en cuanto pueda voy a comentar en los artículos, a todas aquellas mujeres que creéis, como yo, que podemos hacerlo todo, que no es así. Que los años pasan y, aceptarlo, es una prueba de humildad. ¡Tener cuidado! No os subáis solas en las sillas ni os atreváis con escaleras peligrosas. Aprended de mi experiencia dolorosa...

Espero "veros" pronto y que, como siempre, participéis de la comunión de los santos, orando por mi recuperación. Un abrazo