17 de enero de 2014

Deseo anunciaros, no de forma desinteresada porque voy a requerir vuestras oraciones, que voy a volver a ser abuela por parte de mi nuera, que es como una hija para mí, Jutta. Será, si Dios lo quiere, el quinto hijo para ellos y el sexto nieto que el Señor me regala. Porque para los abuelos, la llegada de nuevos "proyectos"  es un reto y una bendición.  Eso sería imposible, si en la cuenta de nuestro "haber" no hubieran esos años que ya han pasado y que forman parte de la maleta de nuestra experiencia. Por eso aprovecho, ya que dentro de unos días cumpliré 59 años, para recordaros que hacerse mayor es un privilegio divino; y que si Dios nos mantiene aquí, en la tierra, es porque todavía tenemos muchos planes que terminar y otros muchos que comenzar. No perdáis la alegría cristiana; ni la esperanza que nos hace jóvenes para Nuestro Señor. ¡Seguir con el proyecto divino de comunicar la salvación!