5 de enero de 2013

¡Yo soy tu Dios!

Evangelio según San Juan 1,43-51.


Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme".
Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".
Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".
"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".
Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.




COMENTARIO:


  Este Evangelio de san Juan, sigue dando testimonio de cómo son los encuentros con Jesús, donde nadie pasa a su lado quedando indiferente. El Señor le pide a Felipe lo que nos pide a cada uno de nosotros: que le sigamos. Pero ¿qué es seguir a Jesús? Es fijar nuestros ojos en Él y caminar a su lado; sentarnos en la hierba, junto a los que sufren, y escuchar sus palabras que nos devuelven la salud, física y espiritual. Es encontrarnos en nuestra casa con las tribulaciones de cada día, y sentir Su presencia en medio de nosotros que nos inunda de paz y alegría; mantener una conversación, mirándole a los ojos, encontrando en esa intimidad el sentido de nuestra vida.

  Pero también estar a su lado significa comprometernos a transmitir todo lo que hemos recibido; ayudar a que el mundo sea más justo, cambiándolo desde los lugares, posiciones y circunstancias en las que nos encontramos. Conseguir, con nuestras palabras, que los sordos espirituales logren oir; y que los ciegos existenciales puedan ver, a través de la manifestación de nuestra fe razonada. Mas todo esto sólo será posible, si somos fieles y permanecemos al lado del Señor. ¿Dónde? Pues donde siempre nos espera: en la oración y los Sacramentos. Nunca podemos olvidar que la fuerza de los primeros cristianos, que consiguieron cambiar un mundo pagano, partía del convencimiento de que con Jesús todo era posible; y Él está y estará con nosotros, hasta el fin de los tiempos.

  La expresión de Natanael confirma una circunstancia muy común en nuestra sociedad: juzgamos a los hombres por ser de un lugar determinado; vestir de una manera específica o tener una posición social establecida. ¡Qué lección nos ha dado Cristo! nació en el más pequeño de los lugares reconocidos de Judá; vivió en Nazaret, de donde nada bueno se esperaba que surgiera; y perteneció a la Galilea, donde hasta su forma de hablar despertó, en algunos, comentarios despreciativos. Nada de lo que hace el Señor es gratuito; cada una de sus palabras, cada una de sus acciones, todos sus gestos son una lección de vida para nosotros. Por eso, el paso de Cristo por la tierra nos afrenta y nos urge a cambiar nuestros errores; esos, por los que segregamos a nuestros hermanos, sólo por el hecho de ser diferentes a nosotros. No hay mejores ni peores, sino circunstancias propicias que han contribuido a que unos podamos estar mejor que otros. Y eso, sólo puede movernos a dar gracias a Dios y poner todos los medios para contribuir a paliar las diferencias; logrando que haya para todos, las mismas oportunidades.

  Natanael termina creyendo que Jesús es el Hijo de Dios, porque Éste le demuestra que sabe quién es él; que conoce su vida. Nuestro Señor, desde este pasaje del Evangelio, nos dice lo mismo a todos nosotros: "Se quien eres, como eres... Yo te he creado. Para mí no hay secretos: tus defectos, tus virtudes, tu fuerza y tu debilidad. Todo es mío y Yo soy tuyo. Soy el único que no te fallará jamás. Soy tu Dios. Ven y sígueme." ¿A qué estamos esperando?