17 de diciembre de 2012

Quiero contestar a Tomás, que ha tenido unas agradables palabras para conmigo en referencia a la página que hemos creado.

El verdadero ejemplo, querido, es el que surge de estas maravillosas familias cristianas que habéis formado.

Gente joven, alegre, piadosa que le demuestran al mundo que estar y seguir cerca de Dios no es algo rónico, antigüo y desfasado. Sino fruto de un encuentro con Cristo que se desborda en una vida espiritualmente rica y feliz. Gente universitaria, científica, trabajadora, que no ponen límites a la razón cuando descansa en la fe, haciendo de vuestro matrimonio un proyecto de futuro sin límites en el tiempo ni en la ilusión.

Gracias a todos por estar ahí; por ser como sois y nunca, nunca os canséis de dar testimonio de Cristo en medio del mundo.